No todos los días son grises ni todos los cielos de color azul. No siempre el sol brilla de la misma manera en todas las ventanas ni todas las gotas de lluvia mojan cuando empieza a chispear. Ni siquiera mi sonrisa es la misma por mucho que sea siempre mi boca quien la dibuja y aunque parezca que estoy en el metro cuadrado en el que estoy... hace tiempo que me he ido muy lejos.
Desde aquí, desde tan lejos, he dibujado un calendario con el paso de los meses. No todos los días fueron alegría pero no puedo decir que esté triste por mucho que la suma de esos días sea extensa, porque no lo estoy. Ni siquiera he dejado de luchar por lo que quiero porque, aunque parezca perezosa, no necesito mucho para completarme. He aprendido a tenerme a mí y aquí me tengo, me gusta repetírmelo infinitas veces porque las personas frágiles y sensibles, esas que se esconden en un caparazón antibalas intraspasable que huele a infierno, necesitan aprendérselo de memoria; y yo, igual que esas personas, no quiero que se me olvide nunca más. Porque no todas las personas son buenas ni las buenas personas hacen el bien pero sé muy bien desde hace un tiempo que... todo el mundo sabe disfrazarse, aunque por detrás, por mucho que ellos no quieran, se les vea la goma de la careta.
Hoy ya no siento nostalgia, ni ganas de mirar atrás. Hoy no es momento de escupir ni de pensar en lo malo. Porque si el mundo monótono donde vivimos no me da lo que yo espero, lo iré a buscar por mi propia cuenta. Y si me trae cosas inesperadas e insípidas, las seguiré apartando como he ido haciendo hasta ahora. Y soy consciente de lo difícil que soy y de lo dura que parezco, pero mi yo más yo está reservado sólo para las personas buenas, las que se merecen abrazos calentitos y besos en la nariz.
Y eso es lo que voy a repartir este año que viene, indiferencia a lo que me es indiferente y abrazos a quien me haya hecho sonreír a conciencia. 2011 quiero que seas feliz, tengo ganas de ti.
PD: Pensaba en etiquetar a las personas que quiero desear un año nuevo y mejor, pero a las que se lo deseo de verdad, se lo deseo siempre. No sólo el día en que me da la vena de escribir chuminadas de "oh cuánto mejoro al paso de los años, oh cuántos porpósitos tengo y no voy a cumplir".
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