Tengo frente a mí todo eso que rechaza mi carácter, todo lo que mi temperamento es incapaz de aceptar. No me creo que lo bueno sea aquello parecido a lo que ellos valoran como lo mejor. Sí, ellos. Hablo de ellos porque son ellos los que han creado todo lo que odio. Hablo de ellos porque son ellos el problema. Son como pájaros a la espera de un líder para elegir su rumbo, como marionetas de distintos hilos pero que, al final, acaban moviéndose en la misma dirección. Sólo les brillan los ojos cuando un cuerpo se les presenta frente a sí, yo podría llorar con sólo cerrarlos. Hablo de emociones, a ellos no se les eriza la piel cuando miran el mar, no les corren mariposas por todas las partes de su cuerpo cuando les dan un abrazo.
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